El Carnaval en las escuelas infantiles | Edugest
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El Carnaval en las escuelas infantiles

El Carnaval en las escuelas infantiles

El Carnaval es una gran fiesta que des de hace muchos años se celebra en diferentes países del mundo, días antes de la Cuaresma, y nació para poder disfrutar de todo aquello que habitualmente está prohibido, época de ayunos de todo tipo y de cumplimiento estricto de las normas.

Los origines religiosos han ido desapareciendo tal y como pasa con muchas otras festividades, que se van transformando con el tiempo. Lo que sí que queda es la fiesta: la transgresión de las normas, el hecho de disfrazarse, etc. De lo cual disfrutan criaturas y adultos/as.

En la Escuela Infantil, al tratarse de criaturas pequeñas, se debe ir poco a poco, como con todas las propuestas que las criaturas van viviendo y aprendiendo. Con frecuencia, nos avanzamos a los procesos naturales de las criaturas y, los incluimos en cosas que, por su momento de comprensión del mundo, les son difíciles de entender y hasta les pueden hacer vivir impresiones poco convenientes. Estas criaturas, en sus tres primeros años de vida, están construyendo su identidad personal y percepción de los y las otros/as. Se van reconociendo como personas diferentes y van estableciendo las relaciones con otras criaturas y también adultos y adultas que los acompañan.

A menudo hemos podido escuchar a las familias explicar anécdotas de A menudo hemos podido oír a las familias explicando anécdotas alrededor del reconocimiento de los padres y madres, de edad alrededor de un año y medio, cuando un padre se ha quitado la barba o cuando una madre se ha cambiado el color de pelo, etc. Dado que muestran dificultades en reconocerlos como tales. Sus hijos/as los miran y lloran, probablemente confundidos en su reconocimiento, dudando de si es la persona asumida como de su confianza.

Observando estas situaciones, nos damos cuenta de cuan egocéntricos somos los/as adultos/as, y de cómo nos cuesta ver el momento que están viviendo las criaturas. Los niños y las niñas, aunque todavía no tengan la capacidad del habla desarrollada, nos comunican sus necesidades y sus emociones. Muestran lo que sienten con expresiones faciales y corporales. Aun así, los/as adultos/as, muchas veces no estamos atentos/as a lo que nos quieren decir.

Ante la reflexión, de los qué es y de cómo celebramos y vivimos el carnaval en la escuela infantil algunos maestros y maestras, algunas familias defienden el hecho que las criaturas se lo pasan bien en esta fiesta. Pensamos que, el hecho que haya criaturas que no muestren rechazo sino alegría, no nos asegura que sea una comprensión de la situación sino más bien, nos hace pensar en una forma de corresponder a aquello que el/la adulto/a de referencia espera de la criatura. Esta idea está desarrollada por la Dra. Myrtha Chockler, y queda constatada en alguna de sus aportaciones.

En las escuelas infantiles tenemos la oportunidad de que las familias y los/as educadores/as podamos aprender a “escuchar” a las criaturas, a observar cómo crecen y la forma de descubrir el mundo que les rodea, y a decidir qué respuestas les podemos dar, para que el camino del aprendizaje de la vida sea lo más adecuado posible para cada una de las criaturas.

En las escuelas infantiles somos responsables de profundizar y pensar en cómo acercamos la vida a las criaturas, cosa que nos motiva a observar atentamente a los niños y niñas, a hacer formación permanente y muy especialmente a reunirnos para analizar nuestras observaciones sobre cómo son las criaturas, cómo se desarrollan y cuál es nuestro papel como educadores/as y acompañantes, teniendo en cuenta los referentes evolutivos teóricos. Además, cuando podemos hacer reflexiones juntamente con las familias, ampliamos nuestro conocimiento de cómo crecen y aprenden a entender el mundo.

En este sentido, aprendimos de Jean Piaget que, durante los primeros dos años de vida aproximadamente, las criaturas viven un proceso evolutivo de descentralización de los objetos y, posteriormente, empiezan a construir su personalidad mediante la función simbólica.

Esto quiere decir que las criaturas más pequeñas de la Escuela Infantil no entienden la función de esta fiesta no el hecho de la transformación y el cambio de imagen en las persones. Esto les provoca malestar y mucha incomodidad que no es nada más que miedo a lo desconocido.

Los equipos que ya han hecho una reflexión sobre este tema y han cambiado su postura en cuanto a lo que ofrecen a las criaturas, sabiendo que las criaturas no necesitan esta celebración que deforma la realidad, han optado por no celebrarla en la escuela.

Con las criaturas más grandes, podemos ampliar estos juegos de fiesta, pero siempre en el marco de las propuestas de la escuela, en el sentido de que es el niño o la niña quien decide con qué jugar, sin que se puedan sentir forzados a hacer “lo que toca”.

La celebración de las fiestas populares en la Escuela Infantil sería un tema que deberíamos reflexionar en relación con cómo lo viven las criaturas y cómo celebrarlo.

LES 4 con la colaboración de la Dolores Solé junio 2020

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